Cita del mes


 

"Si estás en esta llamada, eres parte del desafortunado grupo que está siendo despedido"

 

Foto: digitalbrandinginstitute.com

Imagina por un momento que, un día cualquiera, dos semanas antes de navidad, tu jefe te convoca a una reunión por zoom, junto a otros 899 compañeros de trabajo (el 15% de los empleados de la empresa), llegas inquieto(a), lleno(a) de preguntas, incertidumbre, te conectas ansioso(a), ves al CEO de la empresa en el rectángulo 16:9 del zoom y escuchas las siguientes palabras:

"Hola a todos, gracias por unirse. Vengo a ustedes sin grandes noticias. El mercado ha cambiado, como saben, y tenemos que movernos con él para sobrevivir y, con suerte, podemos continuar prosperando y cumpliendo con nuestra misión.

"Esta no es una noticia que querrán escuchar, pero al final fue mi decisión y quería que la escucharán de mí. Ha sido una decisión realmente difícil de tomar. Esta es la segunda vez en mi carrera que estoy haciendo esto y quisiera no hacerlo. La última vez que lo hice lloré. Esta vez espero ser más fuerte. Pero estamos despidiendo aproximadamente al 15% de la empresa por varias razones : el mercado, la eficiencia y los rendimientos y la productividad.

"Si estás en esta llamada, eres parte del desafortunado grupo que está siendo despedido. Tu empleo aquí se termina. Con efecto inmediato".

Pues sí, 900 seres humanos que trabajaban hasta el 6-12-21 en la empresa estadounidense Better.com vivieron la traumática e impactante experiencia de ser despedidos vía Zoom, de una momento para otro, por Vishal Garg, el CEO de la empresa, sin un ápice de empatía, de estrategia para minimizar el impacto emocional masivo de semejante anuncio, desechando seres humanos de un plumazo como si fueran sólo números en una hoja de excell, números que molestan, que estorban.

Cualquiera puede entender que una empresa se vea obligada a despedir personal, pero hay maneras de maneras… se trata de cultivar un liderazgo humano, empático que explore junto a su departamento de Talento Humano estrategias para minimizar el daño psicológico, para comunicar, para diseñar una transición.

Por lo general, ningún líder quiere ser el portador de una de las peores noticias que se le puede dar a alguien, la cual se puede traducir de las siguientes maneras : “te hemos quitado tu trabajo, y con ello, tu  capacidad de pagar tus cuentas, de alimentar a tu familia, de prosperar”, lo cual estremece las bases de la famosa pirámide de las necesidades humanas de Abraham Maslow; la otra manera es una vertiente que puede tener un impacto también devastador, esta vez en la auto-estima y se traduce como: “tú  ya no nos sirves, tuvimos que escoger a otros mejores que tú para que permanecieran, no eres lo suficientemente bueno, no tienes valor”. 

Claro, Vishal Grag dice: La última vez que lo hice, lloré, lo cual pareciera un viso humano… pero no suficientemente humano: allí él se conecta con el impacto de la situación en él mismo, no en los demás.

Esta desconexión entre el Yo y el Otro tiene un grandísimo impacto en la vida de la gente, sobre todo cuando ese “OTRO” son los miembros de un equipo o de una organización y ese “YO” es el líder.

Es doloroso e inquietante ver este tipo de noticias que hablan de la brecha que aún existe entre el viejo paradigma de liderazgo y concepción de las organizaciones centrado en los accionistas, y el nuevo paradigma centrado en el ecosistema de stakeholders donde los empleados, su satisfacción y bienestar, tienen un peso importante.

Esta acción del CEO de Better.com tendrá seguramente impacto en su marca, en su capacidad para atraer talentos, en su imagen, en su reputación. 

Si tú fueras uno de esos 900 empleados despedidos así ¿Qué sentirías?

Si tú fueras  Vishal Greg ¿Qué hubieras hecho?

El COVID como maestro: La historia de una sesión de coaching inolvidable


Foto: Francesco Ungaro - Pexels

Lo llamaré simplemente F. por razones obvias: los coaches nos parecemos en eso a los terapeutas y sacerdotes en confesión.

F. es un alto ejecutivo de una empresa tecnológica. Su proceso de acompañamiento ya llevaba 12 sesiones cuando de pronto recibí por WhatsApp la fatídica noticia: “Hoy no vamos a poder tener nuestra sesión porque tengo COVID”.

Durante dos meses interrumpimos nuestros encuentros semanales, con cierto temor le escribía de tanto en tanto para saber cómo estaba, respetando sus silencios, evitando que sintiera la presión de responder; a veces pasaban muchos días sin saber de él y me inquietaba.

Sus pulmones estuvieron comprometidos en un 40%, una gran debilidad y cansancio, malestar, falta total de apetito, pérdida de peso. Mi coachee atravesó su océano viral con su cuerpo  frágil como único barco, en una tormenta de olas grandes y muy intimidantes.

Finalmente llegó el día del gran re-encuentro.

Iniciamos con nuestros 3 minutos acostumbrados de mindfulness con una música que él mismo trajo por primera vez. Luego vino lo que considero una de las sesiones más profundas, hermosas y relevantes que he co-creado en mi vida.

Como punto de partida de la reconexión, revisamos el objetivo macro de su proceso; lo leí en voz alta, luego él quiso leerlo ¡en su propia voz esas líneas vibraron celebrando la vida y su proceso y se sintieron más vigentes que nunca!

Luego vino el buceo profundo por los aprendizajes y descubrimientos de su angustiosa y extenuante travesía.

Una a una fueron emergiendo en su historia, a partir de mis preguntas, todas las conductas, competencias y valores que se manifestaron como fortalezas, las emociones que lo acompañaron, sus expresiones o silencios, sus necesidades expresadas o no, el impacto de todo ello en sí mismo y en quienes lo rodearon.

Fuimos expandiendo el círculo con él en el centro, y emergieron allí los vínculos cercanos (pareja, hijos, hermanos) y el vínculo con la CEO de la empresa donde trabaja (que, por cierto, puso a su disposición a un médico para atender cualquier consulta), con la gente de Talento Humano y cómo el apoyo que él había recibido de cada uno de estos entornos tenía que ver con su mirada, acciones y capacidad de pedir y recibir.

Paso a paso, recorrimos el mapa del tesoro que su COVID había pintado para él, en ese mapa descubrió que para cerrar completamente ese círculo, sólo faltaba el refuerzo de  algunas acciones de gratitud a la luz de haber descifrado, en nuestra conversación,  el alfabeto de amor con el que gente clave le supo decir "TE AMO, ME IMPORTAS, TE AMAMOS, NOS IMPORTAS".

Cerramos la sesión con un sentido compromiso  por parte de F. de accionar en lo identificado, con la fascinación del buzo cuando emerge feliz con sus manos colmadas de tesoros encontrados en el fondo del mar.

Esta sesión post COVID de mi coachee refuerza mi convicción de que, en un proceso de coaching, los eventos inesperados,  disruptivos, angustiosos, trágicos y desafiantes que pueden atravesarse en su camino, pueden ser  fuente de una gran reflexión y aprendizaje que fortalece inmensamente el proceso de autoconocimiento vinculado con el macro objetivo original.

Gracias F. por llevarme a bucear contigo en esas profundidades fértiles y por confiar en mí para acompañarte... adoro el fondo del mar. 

10 pasos para escuchar un nuevo mundo lleno de posibilidades


Nunca olvidaré el día hace ya 5 años en que, al finalizar su proceso de coaching ejecutivo de varios meses, un alto ejecutivo de una de las empresas más grandes y productivas de Venezuela me dijo: ¡Todo lo que me estaba perdiendo por no ESCUCHAR!! Unos de los objetivos de su proceso había sido precisamente aprender a escuchar a su equipo, a sus pares ¡y a su Jefe!

Desde entonces me he seguido encontrando esta necesidad de aprender a escuchar expresada con ansias por ejecutivos y ejecutivas a quienes tengo el placer y el privilegio de acompañarlos como coach en su camino de crecimiento.

Otto Scharmer, autor de la teoría U, clasifica la escucha en cuatro modalidades distintas en función de la atención que prestamos:

  • La escucha de nivel 1 es la que practicamos cuando activamos nuestros propios hábitos y prejuicios. Scharmer denomina este nivel “downloading” y el resultado probable de este tipo de escucha es reconfirmar nuestros juicios habituales.
  • La escucha de nivel 2 es la que practicamos cuando prestamos atención a los hechos y a lo que nos dicen las voces de alrededor haciendo abstracción de nuestros hábitos porque hemos sido capaces de abrir nuestra mente.
  • La escucha de nivel 3 es la que supone abrir además nuestros corazones y adoptar una actitud empática abriendo la escucha al mundo de las emociones y llegando a ver el mundo a través de la mirada de la persona con la que llegamos a ser empáticos.
  • La escucha de nivel 4 es la que profundiza aún más y nos conduce hacia las posibilidades futuras que emergen, es la escucha que Scharmer denomina generativa. Una escucha en la que abrimos además nuestras intenciones activando nuestra capacidad de imaginar las posibilidades futuras. Cuando se alcanza este nivel de escucha, sabemos que algo ha cambiado de tal forma que ya no podemos volver a ver las cosas como antes.

El problema surge cuando los líderes de las organizaciones –y de la sociedad en general- escuchan sólo en los primeros dos niveles, lo cual sucede con frecuencia; y es que, tal y como afirma Otto Scharmer, las mismas actuaciones pueden tener resultados radicalmente distintos en función del nivel de escucha que activamos como líderes.

Para pasar a los niveles 3 y 4 de escucha, te propongo los siguientes pasos, para que los hagas uno, después de otro, tomándote el tiempo para practicarlos con conciencia (el desarrollo de la escucha generadora, como otras competencias) solo se logra con la practica, no sólo con la comprensión racional del tema.

1. Revisa tus juicios acerca de tu interlocutor: (¡y en general revisa cómo andas en la vida en relación con juzgar y etiquetar los demás!). Si juzgas a un colaborador como “poco inteligente” p.e. ese juicio estará presente en TODAS tus conversaciones con la persona e impedirá que escuches lo que dice. Mientras no hagas este ejercicio, permanecerás en el nivel 1 de escucha. Un vez que hayas identificado el juicio, ¡rétalo! Hazte preguntas como ¿de dónde saqué ese juicio de fulano?¿esta persona siempre se ha equivocado?

2. Sal de la trinchera: Revisa tu impulso de tener la razón en una conversación. Si estás muy orientado al logro y vas a una conversación como quien se coloca en una trinchera que va a defender, no escucharás lo que viene “del otro lado”. Ensaya conversar fuera de la trinchera y verás qué pasa…

3. Cambia de ojos –por momentos- con los ojos de tu interlocutor: recuerda “detrás de toda conducta (y opinión) hay una intención positiva”, ¡descubre qué es lo positivo para la otra persona desde lo que te está planteando! Desde su mundo, su posición y sus mapas, lo que te está planteando está con seguridad enmarcado en su intención, descubrirla te llevará a mirar otro mundo con motivaciones y realidades insospechadas.

4. Dile al otro “te estoy escuchando”: Pero de verdad, VERDAD, sin necesidad de pronunciar la frase, sino: mirándolo a los ojos, parafraseando lo que te ha dicho, resumiendo, expresándole las implicaciones de lo dicho según tu manera de ver. Cuida el contexto de la egocéntrica intromisión de los Blackberries, smartphones, Pc´s, teléfonos y otros maravillosos dispositivos de comunicación.

5. Conéctate con las emociones del Otro: Cuando “cambies de ojos”, siente lo que el otro está sintiendo, conéctate con su emoción, dale señales de que lo estás haciendo utilizando la poderosa herramienta “Hechos y sentimientos” (Daniel Goleman), dile, por ejemplo: Entiendo que te sientas frustrado (sentimiento) porque han cambiado de nuevo los lineamientos del negocio y ya tenías tu plan andando”(hechos).

6. Identifica las distintas “vocecitas” que hablan dentro de ti y no te dejan escuchar al Otro. Bájale el volumen en tu mente. Estas “vocecitas” hacen travesuras como ensayar lo que vas de decir después, compararte con otros, tratar de conciliar y caer bien, resolver problemas, leer los “pensamientos” del otro, etc. Estas voces son tus barreras para escuchar y las mismas puede que las uses con unas personas y con otras no, p.e. algunas con tu Jefe, otras con tu equipo, otras con tu gente más cercana. Identifícalas y bájale el volumen en su momento.!

7. Escucha con todos los sentidos: ¿quién dijo que sólo escuchamos con los oídos? La mayor parte del mensaje que nos entrega el Otro está en un riquísimo abecedario que no se ocuparon en enseñarnos en la escuela: el abecedario de la postura del cuerpo, de la mirada, de los gestos, del tono de voz, de la velocidad y ritmo de las frases, de la coloración del rostro, del ritmo de la respiración… Nunca es tarde para aprender a “leer” ese nuevo mundo que nos lleva a escuchar en un nivel 3. Te sugiero que la próxima vez que te toque esperar solo en un consultorio médico, en un aeropuerto, en un restaurant, te entretengas a observar toda la danza de mensajes que gira a tu alrededor y saca tus conclusiones acerca de lo que pueden estar diciendo y sintiendo las personas que observas.

8. Haz “preguntas-autopistas”: Las preguntas autopistas son aquellas preguntas generadoras de mucha información por parte del Otro, preguntas de varios canales de ir y venir, preguntas poderosas más orientadas al ¿Cómo?, ¿Qué? y al ¿Por qué? como p.e. “¿Cómo crees que podríamos lograr ese objetivo?”,“Qué pasaría si hiciéramos X?”, “¿qué tienes en mente cuando sugieres que hagamos X?”, “¿cómo te hace sentir que esto esté pasando?”, “¿Qué crees que pudiéramos hacer diferente afectando lo menos posible X?”y no al ¿Quién? ¿dónde? ¿cuándo? ¿si/no?…(preguntas “calle ciega”)

9. Admistra tu silencio: Mantener la boca cerrada es fundamental para que todo lo anterior pueda suceder. No caigas en la tentación de interrumpir, de decir lo que piensas en el momento mientras sea turno del Otro (¡ya viene tu turno!) administra tu silencio como el tesoro que te traerá lo que emerge para ti desde ese silencio.

10. ¡Practica, practica, practica…! Escuchar activamente es un hábito… y como todo hábito requiere de práctica consciente hasta incorporarse de manera natural en tu manera de relacionarte con otros.

Cita del mes




"La capacidad de escuchar es INVERSAMENTE PROPORCIONAL a la necesidad de TENER LA RAZÓN"

Fredy Kofman